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Centro Digital Comunitario

La difusión de la tecnología de la información, las comunicaciones y la interconexión global tienen un gran potencial para acelerar el progreso humano, cerrar la brecha digital y desarrollar sociedades del conocimiento.

 

AGENDA DE DESARROLLO SOSTENIBLE, 2030 .
Nuestro proyecto

Proporcionar una sala de ordenadores para la escuela pública de secundaria en Xitlhelani y un centro digital para la comunidad que contribuya a reducir la brecha digital para niños y niñas, pero también para los adultos.

Desarrollar un servicio de Internet propiedad de la comunidad. Crearemos un ecosistema circular "de abajo hacia arriba" en el que la comunidad participe directamente y retenga los gastos dentro de la propia comunidad en una forma de emprendimiento social y apoyo al desarrollo tanto individual como colectivo.

—  Joseph Chivanga, profesor y residente de Xitlhelani

VOCES DE LA ALDEA

“El brote de COVID-19 ha demostrado aún más la necesidad de conocimiento informático y acceso especialmente a las comunidades africanas marginadas.”​

 

La importancia de un centro digital en Xitlhelani

Garantizar estabilidad de red

y internet asequible

para todos

Mejorar la conectividad,

acceso a ordenadores y

el conocimiento de las TIC

Facilitar las tareas

de investigación,

postular a universidades,

buscar trabajos o ampliar sus habilidades 

a través de la tecnología

de la información

y comunicación (TIC)

Desarrollar 

en infraestructura

educativa y tecnológica

Reducir

la brecha

digital

La solución a un problema real

Mi nombre es Joshua Chauke, tengo 21 años. Nací en Malamulele y me crié en un asentamiento informal llamado Rhulani. Debido a las duras condiciones de vida, mi familia y yo nos mudamos a la aldea de Xitlhelani. Comencé en la Escuela Primaria de Xitlhelani, luego en la Escuela Primaria Langutani y me matriculé en la Escuela Secundaria Malamulele en 2017. Actualmente estoy cursando mi tercer año de Geología en la Universidad Tecnológica de Tshwane de Pretoria.

En enero de 2018, fui a Pretoria para buscar una universidad donde poder continuar mis estudios. Estaba con sentimientos encontrados. Realmente no sabía cómo sentirme ya que tenía que dejar a mi familia y emprender un nuevo viaje, pero con el apoyo que mis amigos Paiva y Maneka me mostraron, me volví más fuerte. Fui aceptado en la Universidad Tecnológica de Tshwane, y ¡obtuve una beca! ¡Fue un sueño hecho realidad! La familia Amandla también estuvo allí para apoyarme, y llenaron el vacío en todos los aspectos.

El viaje se volvió difícil en Pretoria cuando tuve que aprender y hacer tareas sin experiencia en tecnología (ordenadores). Durante los primeros 6 meses, la lucha fue real ya que estábamos haciendo tareas y presentaciones que tuve que preparar sin un ordenador o el conocimiento para trabajar con él. Es difícil aprender algo cuando te encuentras en esa situación, la presión y la depresión también (empiezan a entrar) estaban afectando. Era triste que tuviera que (encontrarme en aquella situación) estar allí, pero no podía simplemente sentarme y no hacer nada para ayudarme cuando estaba en juego mi vida y mi carrera.

Tuve que usar mi beca de alimentación para pagarle a alguien para que me ayudara a escribir mis tareas porque la sala de ordenadores siempre estaba llena, y no sabía cómo hacerlo yo mismo. Es mejor hacer tus propias cosas porque no echarás la culpa a nadie, así que en mi caso, tengo que culpar a la persona que escribe mis tareas a veces cuando no me desempeño bien, y cometo errores tipográficos.

En el segundo semestre de 2018, hice habilidades informáticas, y lo aprobé con distinción. Mientras hablo hoy, puedo utilizar perfectamente un ordenador. Estoy orgulloso de este proyecto en el que estoy trabajando puesto que va ayudar a allanar el camino para los niños y niñas de la aldea para que no experimenten lo que yo experimenté.

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